Todo ha vuelto a su cauce, los estudiantes estudiamos, los médicos operan, los profesores enseñan a los alumnos, la gente vuelve a sus rutinas de siempre, a esos sitios donde siempre acaban volviendo para seguir su vida, su futuro...
Y luego, en medio de toda esta monotonía, una simple canción, melodía, o ruido nos fascina y nos paramos a escucharle entero hasta que cesa, como una gota que cae encima de esa superficie tensa i plana que llamamos agua, como cuando un arbusto se mueve inesperadamente por razones misteriosas que nunca llegaremos a descubrir.
Momentos mágicos que hacen que la rutina se pare y podamos disfrutar aunque sea de unos segundos de libertad, transportarnos a otro estado y evadirnos.
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